Puede que sea tu sueño y lo que buscas es una casa para vivir con tu familia, o tal vez lo que quieres es una propiedad para invertir y ponerla en arriendo, o bien en este momento lo que estás buscando es un departamento para ir de vacaciones a la playa y disfrutar los fines de semana largo.
Cualquiera sea el objetivo, es un hecho que comprar una vivienda es un proceso que puede llegar a ser largo y difícil, agotador algunas veces.
En esta nota les contamos cuáles son los errores más frecuentes al momento de comprar una vivienda y cómo evitarlos para que este proceso sea más simple y fácil.
LOS DOS FACTORES
Primero que todo hay que tener claro que hay 2 factores fundamentales que afectan a todo proceso de adquisición de una vivienda, pero no la limitan.
- Factor Económico: expertos recomiendan siempre que es bueno tener un presupuesto límite. Pero que una vivienda cueste más no significa que no nos sea asequible, podemos exceder el precio siempre y cuando veamos que la propiedad valga la pena, y es una buena inversión y que podemos conseguir financiación por otro lado.
- No es algo que se haga todos los días. Incluso en algunos casos es la inversión de toda una vida, y generalmente la mayoría de la gente sólo compra una propiedad.
Es decir, debes proteger tu inversión tomando precauciones y evitando malas ofertas inmobiliarias o eventuales estafas.
¿CUÁLES SON LOS ERRORES QUE SE DEBEN EVITAR?
- Pensar demasiado las cosas
No tiene nada de malo ser precavido y pararse a pensar un poco si la oferta que tenemos delante es buena o no. En ocasiones, es un ofertón y otras veces es posible que no merezca la pena la compra ya que la propiedad puede tener alguna falla o desperfecto oculto. Lo recomendable es evaluar bien el mercado y tener paciencia, pero NO se debe esperar demasiado, a veces tenemos una oportunidad enfrente y no la tomamos por miedo o desconfianza. Pensar las cosas está bien pero no demasiado.
- No ser realista
Otro error común que comete mucha gente es asumir gastos que no se puede permitir.
Esto significa que debes ponerte un presupuesto límite y no pasarse de ella. Algunos expertos recomiendan dejar un pequeño margen por si aparece una oferta que no puedas rechazar. Pero lo que tienes que tener claro es que vas a poder hacer frente a la hipoteca y financiar la vivienda.
En este contexto, una vivienda nueva es más fácil que una vivienda usada, ya que no hay que contemplar gastos de remodelación o arreglos.
- No saber cómo funciona un crédito hipotecario
Entendemos que el aspecto económico es lo más importante a la hora de adquirir una propiedad. Si no tenemos dinero no podremos pagarlo. Y lo mismo pasa con la hipoteca. Muchos no saben cómo funcionan los créditos hipotecarios y creen que el banco financia todo, y luego resulta que muchas instituciones sólo financian el 90 u 80% del valor de la propiedad.
Lo recomendable antes de “vitrinear propiedades” es consultar con el ejecutivo del banco y solicitar un estudio para evaluar la posibilidad de acceder a un crédito hipotecario y cuánto es el monto máximo que le podrían prestar. El siguiente paso, es comprar el eventual crédito pre-aprobado con otras entidades y leer la ”letra chica” así evitar gastos inesperados.
- Gastar todo el dinero en la casa
Está bien que ahorremos y dediquemos tiempo y dinero en el arreglo de nuestra propiedad. Pero debemos tener en cuenta que debemos dejar cierto capital para amueblarla, para gastos e imprevistos, porque el dinero se gasta fácil y más en una casa. Nuestro consejo es que guardes un porcentaje de los ahorros para los imprevistos. Nunca se sabe lo que puede pasar.
El escenario perfecto es no endeudarse por encima del 30 % de los ingresos que tengas.
- Dejarte influenciar y no evaluar el mercado
Este error lo comete mucha gente que piensa que nunca es el mejor momento para comprar. Que si sube la tasa de interés, que si la casa está mal ubicada y no le gusta a un familiar, todas excusas que a veces nos ponemos. El tema es que si pensamos así nunca compraremos una casa.
Lo primero es tener las ideas claras y no dejarse llevar por la opinión de los demás ni por aspectos externos como los movimientos del mercado. Tienes que tomar una decisión y actuar; y para ello debes conocer los precios del mercado y moverte.
Sólo conociendo a lo que te enfrentas vas a poder tomar una decisión realista.
- Dejarse llevar por la primera impresión
Tanto si somos vendedores como compradores lo primero que debemos evitar es ser impacientes. Con esto queremos decir que está bien ser precavido pero sin pasarse. Esto es válido tanto para ver propiedades y decidirse a visitarlos como para llevar a cabo el proceso de compra. Está bien conocer casas y visitarlas, pero no te dejes llevar por la primera impresión.
Piensa en la compra de una casa como si fuera un tatuaje, es para toda la vida. Nuestra recomendación es que veas la propiedad, y si te gusta esperes, si te sigue gustando, entonces sabrás que es para ti.
- Lo barato sale caro
En este apartado nos referimos a que a veces por ahorrar el pago o el asesoramiento de un Corredor de Propiedades o Agente Inmobiliario podemos acabar cometiendo un error y pagar de más. Y es que no está de más pedir ayuda aunque sea pagando para asegurarnos de que la oferta que tenemos delante nuestra es correcta y buena.
Un agente inmobiliario conoce el mercado como la palma de su mano, por lo tanto va a saber de inmediato si una propiedad vale la pena, si una oferta es buena o incluso te podrá asesorar sobre cómo hacer una contraoferta. Se trata de un profesional que ayudará a ahorrar tiempo y dinero y que merece la pena pagar para evitar dolores de cabeza. Estos profesionales inmobiliarios se adaptan a los servicios y necesidades de cada cliente por lo que es una buena idea y un error no acudir a ellos.
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